miércoles, 26 de febrero de 2014

Fotografía Documental

Paisaje Urbano








Shucos






-¿De qué lo va querer? Le ofrezco de salchicha, longaniza, chorizo, salami, tocino, carne.
-Le ofrezco el trasmetro y el transurbano…
Y así nos recibió Tomás Suitol, quien prepara los famosos shucos en el área donde se encuentra el Liceo Guatemala desde hace ya 10 años.
“Empecé sirviendo y atendiendo a la gente, y ahora soy el chef, nos cuenta. Se venden de 50 a 75 shucos diarios, y los que más piden son los de longaniza. Pero aquí se le sirve al cliente lo que quiera, y eso es lo importante, porque la competencia es dura, pero eso hace la diferencia, el atender bien al cliente y el sabor de los shucos".
Don Tomás trabaja en “Mister shuco el chino”, y como es costumbre tienen a un encargado; también llamados“jaladores” o “piratas”, al acercarse a las calles del liceo en carro o caminando es común que te inviten a pasar a cualquiera de los restaurantes, “gana el que se ponga más las pilas”.
Luego nos trasladamos al restaurante “del liceo”, siempre en la misma área, y al entrar nos sorprendió ver a Hilda Danilettee, quien es de las pocas mujeres en el negocio, -la necesidad me trajo aquí, porque cuesta mucho conseguir trabajo, nos relata. Ella funge como chef y de ayudante  tiene a Rolando, un joven de 17 años, quien atiende a los clientes. "Es difícil al principio atender a todos, pero con el tiempo uno agarra practica”, lleva cinco años en el negocio.
































¿Cómo iniciaron?

Esta tradición comenzó con Francisco Ramos, quien instaló una carretilla de “hot dogs ejecutivos” a la que bautizó con su apodo, “El Chino”, a la entrada de la iglesia Yurrita, porque la mayoría de sus clientes eran hombres de traje y corbata que trabajaban en el sector.
Éstos llegaban atraídos por el precio accesible, la rapidez y los sabrosos pirujos (panes) con aguacate y salchicha, tan diferentes de los tradicionales emparedados. El toque chapín del guacamol se convirtió en el secreto de su éxito. Desde entonces, la esquina de la 10ª. Av. y ruta 7 del Cantón Exposición, zona 4, así como las aledañas, ya no fueron las mismas.
Don Francisco, al darse cuenta de que el negocio prosperaba, lo fue extendiendo hacia otros lugares del sector, hasta llegar a la esquina del Liceo Guatemala, donde a la hora de salida de clases, al mediodía, los alumnos se amontonaban para pedir un “shuco”.

Según le contaron a Elvis Gómez, el curioso nombre de estos panes proviene del ingenio popular chapín. Al notar la manipulación poco higiénica de los ingredientes en aquellos primeros tiempos, los guatemaltecos comenzaron a llamarlos “shucos”, vocablo que según el Diccionario de Guatemaltequismos de Sergio Morales Pellecer significa sucioSu descripción es: En descomposición. Mientras que en la capital esta palabra designa a un pan con salchicha y guacamol. (2002: 105).

Fuente: http://cultura.muniguate.com/index.php/component/content/article/3-newsflash/15-orgullocanton

Y es que ya sea que uno pase por la zona 4, 1, 2… o más bien, por donde sea que uno pase, no es extraño encontrarse con una carreta de shucos en las esquinas, estas forman parte de nuestras calles y se han convertido en parte de nuestro paisaje urbano.



 Algunos datos ...
 La mayoría de negocios cuentan con patrocinadores ¨Coca-Cola¨ o ¨Pepsi¨.
 La mayoría de los entrevistados no saben de dónde proviene la palabra ¨Shuco¨.
Los nombres de los diferentes shucos, varían según la originalidad de cada negocio.
La mayoría de los entrevistados conoce las leyes de sanidad impuestas por el ministerio de salud.
El más vendido de los productos es la  longaniza  y el chorizo, la  salchicha  no es muy  vendida en algunos de los puestos.
Costo de una carreta de shucos es de Q1,500.00 aproximadamente.
 Algunas de las carretillas de shucos participan en eventos como conciertos, quince años entre otras celebraciones y para ello deben pagar un mes antes Q.100.00 al organizador del evento.
Para que las carretillas de shucos puedan estar en las calles, deben cancelar un impuesto al Ministerio de Salud, correspondiente a la cantidad de Q75.00 al mes para el derecho de colocar la carretilla en el lugar sin ningún problema.


























Investigación: Mandy Martínez / Steffy Rizo / Mauricio Soto / Bryan Velásquez
Fotografía: Mauricio Soto / Steffy Rizo

Redacción: Steffy Rizo / Jessica Moran